Título: El Art Decó y sus expresiones en los años 20 en Cuba

Title: Art Decó and its expressions in twenties in Cuba

Autor: Yosmany Fernández

Resumen

El Art Decó fue más que un estilo artístico, fue un modo de vida que encontró en la perfección y la elegancia su máxima forma de expresión. Abarcó disímiles manifestaciones artísticas: la arquitectura, el diseño de interiores, el diseño gráfico e industrial, la moda con sus expresiones. Se desarrolló en un contexto en estrecho vínculo con cada una de sus atributos. En tal sentido, los años 20 en Cuba manifiestan una serie de rasgos que favorecían las diversas expresiones de este estilo.

Abstract

The art deco was more than an artistic style, it was more than a way of life that founded the perfection and elegance in its own form of expression. It embraced all of artistic manifestations such as the architecture, interior designs, the graphic design and industrial design as well as the fashion with its expressions.  It was developed in a close bond of context with each one of its attributes. In this sense, the 1920s in Cuba manifest a series of features that favored of this style the several expressions.

Palabras claves: Art Decó, modernidad, vanguardia, conciencia nacional, arquitectura, moda, diseño de interiores, artes decorativas. 

Keywords: Art Decó, modernity, avant-garde, national conscience, architecture, fashion, interior design, decorative arts

 

INTRODUCCIÓN

Entre 1923 y 1940, el movimiento de diseño conocido como Art Decó tuvo un importante desarrollo en Cuba. Este auge puede ser atribuido a razones diversas, entre las que pudieran encontrarse el desarrollo paulatino de la identidad nacional con el término del “coloniaje español” y el inicio de la República en 1902, así como la fuerte influencia estadounidense de la época, en un momento donde este estilo se encontraba en su esplendor en ciudades como Chicago y Nueva York. Lo cierto es que Cuba, y de manera muy especial la ciudad de La Habana, se convertiría en uno de los mayores exponentes de este estilo en el mundo. De esa manera podemos hallar que todos los rasgos del Art Decó se entrelazan armoniosamente con la época en que se desarrolló su esplendor, tanto en Cuba como en el mundo.

La denominación de este estilo tiene su origen en la “Exposition Internationale des Arts Decoratifs et Industriels Modernes” celebrada en París en 1925. Es un estilo que aboga por una vuelta a la calidad artesanal e individual de la pieza, en clara oposición con el carácter industrial que proponía la Bauhaus por la misma época.

El estilo Art Decó en la arquitectura,  con sus formas alargadas, fue considerado un estilo futurista en las décadas de 1920 y 1930. El nombre original tanto para el Art Decó temprano como para el tardío fue Art Moderne ‒ el nombre "Art Decó" no fue utilizado sino a partir de 1968 cuando Bevis Hillier inventó el término en un libro de su autoría. El edificio Chrysler es un ejemplo destacado de la arquitectura futurista Art Decó.

Las artes decorativas, el teatro, el music hall, el cine, la fotografía, la publicidad, y la arquitectura fueron los terrenos en los que este movimiento alcanzó mayor florecimiento. Uno de los fines fundamentales de esta corriente es acabar con la distinción entre las bellas artes y las artes decorativas. En palabras de Bevis Hillier, el Art Decó es: “Un estilo decididamente moderno, su inspiración le venía de varias fuentes, desde la parte más austera del art nouveau, el cubismo, los ballets rusos, el arte de los indios norteamericanos…” (Art Decó, sello artesanal. 23/3/2020 de http:// MASDEARTECOM.com); era, al igual que el neoclasicismo y a diferencia del rococó, un arte clásico, en tanto que tendía a la simetría frente a la asimetría, o a lo rectilíneo frente a lo curvilíneo.

A pesar de que hoy no se considera parte del Movimiento Moderno, el Art Decó fue identificado como la primera expresión de la arquitectura moderna (WEISS, J. 2002) asumida a partir de 1927 en Cuba, la cual tuvo en los edificios de apartamentos uno de sus programas más favorecidos. Esto es claro ejemplo de una ciudad que crecía sus espacios no solo horizontalmente sino de manera vertical.

Hay en el hombre una fascinación por todo lo que se considera moderno, de hecho, los mismos representantes del estilo Art Déco, se denominaban a sí mismos como los modernos. Este estilo tiene como meta adaptar el diseño a las demandas de la producción en masa e inculca a los artistas nociones de artesanía, intentando poner fin al conflicto existente entre arte e industria. El Art Decó llegó con sus líneas rectas, contornos nítidos, formas elegantes y simétricas, la sobriedad de los espacios, la geometría imponente, los zigzags, las líneas perpendiculares combinadas con circunferencias, hexágonos y octágonos, la verticalidad, las decoraciones con saetas, los recuadros repetidos, los escalonamientos.

En correspondencia a sus influencias maquinistas, el Art Decó se caracteriza también por los materiales que prefiere y utiliza, tales como aluminio, acero inoxidable, laca, madera embutida, piel de tiburón (shagreen) y piel de cebra. El uso de tipografía en negrilla, sans-serif o palo seco, el facetado y la línea recta, quebrada o greca (opuesto a las curvas sinuosas y naturalistas del Art Nouveau), los patrones del galón (chevrón) y el adorno en forma de sunburst son típicos del Art Decó.

La solución formal está encaminada a geometrizarlo todo, creando figuras que toman como base el triángulo isósceles, el predominio de la línea recta y el sentido vertical de la composición. Estos principios abarcan todos los planos y elementos de la construcción: pisos, techos, puertas, ventanas, lámparas, muebles y, por supuesto, las fachadas y la apariencia volumétrica, así como el resto de los elementos decorativos que se inspiran en lo africano y lo azteca o precolombino. Recordemos que es también este período el de la vanguardia cubana, con Nicolás Guillén y las joyas de la plástica vanguardista.

En los años posteriores a la Primera Guerra Mundial Estados Unidos prosiguió su rápido desarrollo económico que, sin embargo, se vio perturbado por la Gran depresión de 1929. La denominación “felices años veinte” o “años locos” corresponde a la etapa de prosperidad económica que tuvo en los mismos Estados Unidos su mayor expresión. Esta prosperidad benefició a toda la sociedad norteamericana e hizo que la economía creciera a un ritmo que no se había registrado antes. Estas condiciones llegaron a Cuba, aunque sin olvidar la presencia de las marcadas diferencias sociales en esos años de República. De esa forma, vemos cómo se materializaron las condiciones para el desarrollo de los gustos más refinados y se abría el camino para impulso del estilo Art Decó.

El Art Decó comenzó a llegar a Cuba en los años de la presidencia de Alfredo Zayas (1921 – 1925), al que le siguió Gerardo Machado (1925 –1933). Estos son años en que Cuba se mueve entre crisis y recuperación económica, fluctuación característica de las crisis económicas del capitalismo. En la década se produce la consolidación y ampliación del dominio estadounidense en la Isla y, en consecuencia, una rápida evolución del movimiento revolucionario que venía acompañado, inevitablemente, del desarrollo paulatino de la conciencia nacional. De esa forma vemos cómo se materializaron, por un lado, una serie de condiciones para el desarrollo de los gustos más refinados dentro de una burguesía cada vez más apegada a patrones norteamericanos y, por el otro, el despertar de una conciencia nacional con diversas manifestaciones sociales, artísticas y políticas.

DESARROLLO

Fue en esta época cuando se popularizó el uso del teléfono, el automóvil y los electrodomésticos, objetos que, como es de entender, requerían un diseño que se adecuara a los gustos de modernidad de esos años. En el caso de Cuba estos avances no pasarían desapercibidos. La burguesía cubana, con las intenciones de abandonar la imagen de atraso y rusticidad que arrastraba todavía el país, consecuencia de su pasado colonial, se abalanzó hacia los nuevos estilos predominantes en Estados Unidos y también en varias ciudades europeas, principalmente en París. Como consecuencia, se incrementó la presencia de estos aparatos que eran demasiado caros, y fue entonces cuando se aplicó por primera vez la venta a plazos. Esto creó una oleada consumista, ya que la gente podía comprar los productos sin necesidad de tener el efectivo en un primer momento. El aumento del consumo y la popularización de la venta a plazos provocaron que las ventas se dispararan y, por ende, que los consumidores se endeudaran.

Arquitectura

El Art-Decó es un estilo que representa la bonanza y la opulencia de las que gozarían determinados círculos de la burguesía cubana en las primeras dos décadas del siglo XX. Estas particulares características lo hacen destacar en el entorno citadino habanero. El denominado período de las “vacas gordas” venía derivado del despunte de los precios del azúcar, mercancía de mucha demanda en los años de la Primera Guerra Mundial. Ya desde antes de la guerra, importantes com­pradores europeos como, por ejemplo, los británicos, salieron de la órbita alcista de esa plaza alemana, para adquirir importantes par­tidas de azúcar en Cuba y distribuirlas entre Gran Bretaña y otros países de Europa. De este modo, el mercado inglés se convirtió en el segundo cliente de importancia para la isla. Una vez iniciado el conflicto, los pagos efectuados en New York por los compradores británicos a 3,66 ctv la libra en julio 29 de 1914, ascendieron en 30 días a 6,52 ctv la libra, para lo cual pugnaron con los propios refinadores norteamericanos.

Las mansiones y grandes residencias surgen en la "Danza de los Millones" de los años 1917 al 1919; el Vedado las ve aparecer, sobre todo en las calles 17, Línea, Paseo y en G, construidas con el mayor lujo, por arquitectos en su mayoría cubanos. Emma Álvarez-Tabío en su libro "Vida Mansión y Muerte de la Burguesía Cubana", define del siguiente modo el nuevo modelo de residencia:

La actitud de vivir con mayor intensidad la apariencia que la realidad, provoca que los comportamientos sociales asuman un carácter decididamente teatral, lo cual requiere a su vez de escenografías apropiadas que sirvan de marco a las puestas en escena... cada familia pretendía representar... la sólida posición económica, la importancia de su ubicación en la sociedad, la del alcance político y la del nivel cultural adquirido... (de las Cuevas Toraya, J., 2001)

Es el estilo Art Decó el que se muestra como un fantástico medio para la presentación de esa imagen de lujo y, al mismo tiempo, de modernidad, que pretende manifestar la burguesía cubana de esos años. Esto se evidenciará, no solo en la construcción de viviendas bajo los parámetros Art Decó, sino en el diseño de interiores de las mismas; es principalmente en la arquitectura donde aún se puede advertir la presencia de este estilo en La Habana. A pesar del eclecticismo predominante en las edificaciones de la ciudad y de la presencia, en muchos casos, de la marca del tiempo y el claro deterioro que esta conlleva, el Art Decó es uno de los estilos que más se observa en la urbe capitalina.

Se evidenciaba en La Habana un crecimiento de sus barrios y, al mismo tiempo, aumentaron también el número de edificios de apartamentos de dos y tres plantas que se utilizaban para alquilar, los cuales se comenzaron a construir en desde principios del siglo XX, dedicados a obtener el máximo beneficio económico de los terrenos, pero fue después, en las "vacas gordas" de los años 1917 al 1919, que se generalizó la construcción de edificios con apartamentos para alquilar, muchos de ellos concebidos bajo el sello Art Decó.

A partir de 1927 comenzó la aplicación de esta corriente formal en la arquitectura cubana, primero en residencias aisladas de la clase alta habanera y, posteriormente, en otras edificaciones públicas. Una de las obras más significativas del Art Decó y, según las referencias historicistas, la primera construida en La Habana, data de 1927. Nos referimos a la residencia de Juan de Pedro Baró y Catalina Lasa (Paseo 406 e/ 17 y 19, Vedado), muestra indiscutible de la confluencia del eclecticismo y el nuevo estilo: tiene la fachada renacentista florentino, y los interiores en Art Decó combinado con referencias egipcias. (Figura 1)

Otro claro ejemplo es el edificio López Serrano (Figura 2), ubicado en calle 13, No. 108, esquina a L, en El Vedado. Fue concebido por su propietario y los arquitectos Ricardo Mira y Miguel Rosich como un símbolo de progreso de la ciudad, en el cual los futuros inquilinos verían la representación de un estatus de comodidad, higiene y lujo, lo que concuerda con el concepto de la modernidad implícito en la transformación espacial del apartamento. (González Couret, D., 2013) El edificio tiene una fuerte influencia norteamericana, con el escalonamiento decreciente de las plantas superiores, que obedecían a una regulación urbana de Nueva York, que lo exigía buscando ventilación e iluminación para la ciudad. (de las Cuevas Toraya, J., 2001)

La principal obra del Art-Decó cubano es el edificio de la firma licorera Bacardí (Monserrate y Progreso, La Habana Vieja) realizado por el arquitecto Esteban Rodríguez Castells. El edificio está revestido de cerámica mayólica y su funcionalidad responde a su uso como edificio administrativo. En él, el Art Decó se desborda, se siente y se percibe incluso antes de poner un pie dentro de la construcción, pues predomina tanto en su fachada como en el diseño de interiores (Figura 3 y 4). La estructura del edificio es de acero y hormigón. Sus fachadas son de granito natural, terracota y ladrillos prensados. El cuerpo central se va escalonando en su ascensión hasta llegar a la torre con cubierta a cuatro aguas que identifica a la estructura, donde se ubicó el murciélago en bronce, símbolo de la empresa, sustentado por un poliedro de vidrio con armadura de metal que se ilumina desde dentro en las noches. El salón de entrada se decoró con mármol de color rojo vino, ejemplificando el color de las mieles roneras. En los pisos superiores se utilizó loseta de gres cerámico de color amarillo brillante, representando a los rones blanco-dorados que fueron los que contribuyeron a la fama mundial de los rones Bacardí. La planta alta y la torre central muestran un cuidadoso diseño de tejas policromadas que alternan franjas azules y de color pardo, con paneles decorados. Las decoraciones más fastuosas se colocaron en los espacios interiores de la planta baja y el entresuelo. Un portal pequeño daba acceso al vestíbulo y a su derecha se ubicó el salón de exposiciones, decorado con pilastras de capiteles dorados, vigas de sección escalonada y lámparas finamente diseñadas. En este asoman los vanos del entresuelo donde se hallaba el bar para invitados, enchapado en madera y con estilizadas palmeras en la puerta de los baños.

Diseño de interiores

Al analizar la decoración de interiores de este estilo, no debemos pasar por alto que este movimiento artístico iba destinado a una clientela adinerada y exquisita, muy selecta, que reclamaba piezas de altísima calidad y belleza. Así las cosas, el mobiliario Art Decó era esencialmente francés, y más en concreto, parisino. Durante los años veinte, fuera de Francia casi no se hizo nada que tuviese un diseño o una calidad comparable. 

En el diseño de interiores se refleja la notoria presencia de la modernidad y del lujo, un gran exponente de ello será el comedor de la residencia de Juan de Pedro Baró y Catalina Lasa (Figura 5). Este consta de dos partes, el propiamente usado como comedor y un salón terraza separado por un pequeño desnivel. Sus pisos son de mármol blanco y amarillo, que forman grandes rectángulos concéntricos donde predomina el blanco. En las esquinas del comedor hay grandes vitrinas empotradas, con espejos interiores trabajados al ácido donde están dibujadas ánforas estilizadas con vegetación. A los lados de las vitrinas tenemos apliques de bronce laminado, terminados con guardabrisas de cristal. La mesa del comedor, para doce comensales, es de mármol blanco, construida in situ, con un espejo rectangular al centro. Bordea toda la mesa una cenefa de mármol amarillo con jaspe negro. Las paredes están terminadas con estuco amarillo. En la terraza contigua al comedor predomina el color verde y el piso está construido con mosaicos venecianos de ese color que forman rectángulos.

El Art Decó introdujo elegantes esquinas redondeadas, diseños aerodinámicos y un estilo futurista. Las figuras humanas estilizadas con formas alargadas fueron emblemáticas influencias decorativas de este estilo utilizadas en estatuas, iluminación y obras de arte. Estos elementos se pueden vislumbrar en el vitral presente en el lobby del edificio López Serrano[1] (Figura 6) y en los frescos de la fachada del edificio Bacardí.

Los asientos son con frecuencia ligeramente curvados hacia adentro, lo que sugiere intimidad y sensualidad. Los muebles modulares aparecieron por primera vez con el diseño Art Decó. Las piezas separadas con aristas curvas que se acoplan se hicieron populares. El estilo era audaz e innovador, pero también acogedor y confortable, por lo que los muebles modulares y otras influencias Art Decó permanecen en el mercado hoy en día. La cultura pop de la década de 1960 estuvo fuertemente influenciada por este estilo. En la actualidad, los muebles Art Decó se las arreglan para conservar un aspecto retro a la vez que actual y fresco. Los materiales industriales fueron incorporados en el diseño o el acabado de muebles de este estilo. Metales, cromo, plástico y vidrio suelen combinarse con la madera para agregar elementos de textura y adornos reflectantes. Los acabados fueron brillantes o satinados. La madera fue fuertemente laqueada o esmaltada y pulida para lograr mucho brillo.

Artes decorativas

Con el Art Decó emergió una apreciable cantidad de piezas, donde la figura del diseñador fue fundamental. Todas las manifestaciones de las artes decorativas se empeñaron en crear un ambiente sofisticado. El mobiliario para uso doméstico y social se despojó de atributos superfluos, se volvió más funcional, y los materiales, como la pintura y la laca, cobraron protagonismo.  La lampistería se hizo famosa por los largos tubos de cristal cayendo como cascada; los relojes trabajados en las más diversas piedras, también sentaron pauta. La cerámica, el cristal y la orfebrería asumieron los códigos de moda y se presentaron con aires renovadores.

En el Museo de Artes Decorativas de La Habana se puede encontrar una importante colección de piezas Art Decó realizadas con las más diversas técnicas como el molde, la talla o la cera perdida.  Allí se expone todo un universo de lámparas, muebles, vasos decorativos, relojes, platos, creados en cristal coloreado, traslúcido y opalescente. Muchas de las piezas allí expuestas se adquirían por la burguesía cubana en los años 20 como símbolo de distinción. Hoy son piezas que dicho museo se enorgullece de conservar y mostrar en una pequeña muestra permanente.

El estilo no solo fue testimonio del cambio de apariencia de la mujer, sino también de su identidad. Ahora se presenta una mujer emancipada, dueña de su vida y su destino, segura y pendiente de la moda. Ningún otro estilo ha sabido representar a la mujer en armonía con su época como el Art Decó. Estas imágenes fueron ampliamente difundidas en el cartel y la pintura. En la escultura de pequeño formato se impusieron con verdadero éxito Demetre Chiparus, Alexander Kéléty y Claire Jeanne Roberte Colinet. El Museo de Artes decorativas presenta, también, un grupo de piezas que son muestra palpable de la exquisitez de las obras de este estilo y muestran de manera clara la moda femenina de la época. (Figura 7)  

Moda

Para estos años se destacarán importantes diseñadores que defenderán el estilo Art Decó dentro del mundo de la moda. Tal es el caso de Coco Chanel, en cuya obra se evidencian rasgos, tanto del diseño Art Decó, como de la época que le tocó vivir. Es la viva estampa de la amalgama entre época, vida y diseño.

Esta emprendedora mujer dirigió su atención al público joven y rápidamente se convirtió en un ícono del estilo flapper, que se puede sintetizar con pelo corto, con el denominado sombrero campana y un vestido que destaca las líneas rectas y en muchas ocasiones de una sola pieza. Su mirada recibió críticas generalizadas por parte de periodistas masculinos que comentaron en forma de queja que no existiría más busto, ni más estómago, ni más cadera: la moda femenina de este momento del siglo XX llegaría a bautizarse como el recorte de todo. Elemento este muy complejo para la conservadora sociedad cubana de esos inicios de siglo, mucho más con la marcada presencia machista que se resistía a ver perdida las típicas líneas curvas de la tradicional mujer criolla. Sin embargo, la visión de este estilo se fue adueñando de la sociedad cubana y cobró mayor fuerza en las zonas urbanas y de predominio en La Habana.

Otro elemento que aportará el Art Decó será el exotismo y, por influencia de Chanel, a mediados de la década de 1920 las mujeres eran vistas en la playa sin sombrero para protegerse de los rayos del sol. Factor este que, unido al corte de pelo y sus faldas cortas, se acercaba más al contexto climático cubano.

Coco produjo una ruptura con la opulenta y poco práctica elegancia de la Belle Époque y creó una línea de ropa informal, sencilla y cómoda. En los años de 1920, fue considerada la personificación de la “nueva mujer” independiente, sociable, recreativa e individualista. Además, fue una de las promotoras del uso del cabello corto como un signo de liberación femenina y un nuevo estilo de vida. Este elemento se enmarcó perfectamente en la naciente lucha que tenían las mujeres por sus derechos en el entramado cubano de esa época.

Aunque de la riqueza de esos momentos se encontraba privada la mayoría de la población, en el caso de la costura, no había mujer cubana, rica, mediana o pobre que no se acercara a las formas de vestir que se estilaban en Europa y particularmente en Francia. Sin embargo, ya para los años 20 se comenzaba a advertir en ciertos círculos de la sociedad cubana una tendencia de copiar el “american style” (Fernández, D., 2018) La mujer de esos años se opuso a la tradicional forma de vestir, la que destacaba las formas de su anatomía. Se rebeló contra la idea de que la indumentaria fuera considerada en medio para insinuar más pechos, cadera y cintura (Figura 8). La expresión del Art Decó en el vestir pudo ofrecer rasgos para estas ideas del momento. Bajo esos preceptos nacería la ya mencionada moda flaper.

En los ejemplares de la Revista Carteles correspondiente al año 1921, se observa en las imágenes femeninas una combinación de las modas de principios de siglo, y muestras cada vez más claras de la moda Art Decó. La introducción de este estilo de moda en la realidad cubana se realizará por actrices, bailarinas, modelos y mujeres jóvenes de la alta burguesía, muchas de ellas predominantemente de la escena norteamericana, evidencia de la penetración cultural.

La modernidad y el carácter liberador que representaba este estilo para la mujer se emparentaba con los ya mencionados parámetros que ofrecía el Art Decó y se relacionaba, indiscutiblemente, con el momento que vivía Cuba en cuanto a las primeras muestras de la lucha de la mujer por sus derechos en los años de la República. Muestra de ello fue el Primer Congreso Nacional de Mujeres, uno de los acon­tecimientos destacados del movimiento de reforma social iniciado en los años 20, evento convocado por un grupo de asociaciones femeninas. Su principal auspiciador fue el Club Femenino de Cuba. Incluso en las imágenes que se preservan de ese evento, se puede observar la presencia de este estilo de diseño en el vestir de muchas mujeres presentes.

Se observaba en el vestuario femenino, tanto para la tarde como para la noche, el uso de vestidos de una sola pieza. Los más elegantes se distinguieron por sus tejidos y algunas notas concentradas, fundamentalmente en las bandas o drapeados colocados a la cadera. En el caso del peinado más generalizado fue el corte denominado “a lo chico” o “a lo manolo”, ello se complementaba con un sombrero tipo hongo pero más suave, con un ala diminuta. (Fernández, D., 2018)

Intelectualidad, arte y Art Decó

El surgimiento de las vanguardias artísticas del siglo XX se enlaza con ese mundo bohemio de modernidad y libertad. Así, se observa la generación del 27 en España, con una poesía pura y auténtica, humana, preocupada por los problemas del hombre; y el Círculo de Bloomsbury, en Inglaterra, cuyos miembros todos se consideraban parte de una élite intelectual ilustrada, de ideología liberal y humanista. Estas mismas líneas coinciden, de una forma u otra, en el Art Decó, evidenciando la relación de este estilo con el desarrollo de las artes en su momento.

En aquella coyuntura, irrumpió en Cuba un importante grupo de intelectuales, expresión de la conciencia nacional del momento. Buscaban nuevas formas estilísticas e ideológicas y, en su búsqueda, profundizaban en las raíces cubanas y reafirmaban los valores nacionales. Hijos de su momento histórico se reflejarán en su obra elementos expresivos y estéticos propios del contexto en que se desarrolla el Art Decó en la Isla. Ello se evidencia en publicaciones como las revistas Social o Avance y, como ya expresamos antes, en la obra pictórica de muchos artistas de esta vanguardia.

En el caso de la revista Avance, en estos años se reafirmó como el órgano más importante de renovación estética y de preocupación política en Cuba, así como lugar de exhibición del vanguardismo en la Isla y, quizás, sea la publicación más refractaria a la influencia norteamericana. Una cierta conexión con la filosofía propia del Art Decó se puede observar en su visión de modernidad en el campo de la cultura, disponiéndose a destruir la costra envejecida del coloniaje.

En los años en el que el Art Decó comienza a irrumpir en la realidad cubana se está produciendo la ruptura, en estilos y temáticas, con el academicismo y los convencionalismos propios de la Academia de San Alejandro, instituto oficial representante del arte cubano de las dos primeras décadas. La celebración de la Primera Exposición de Arte Nuevo en 1927 no fue comprendida y resultó muy criticada por la sociedad oficial y los especialistas, siendo los artistas participantes calificados de pintores malditos.

La pintura Art Decó fue coetánea a las vanguardias artísticas del siglo XX, pero no se cataloga como una de ellas, de hecho, quedó más como refugio del arte académico en medio de la revolución vanguardista. Las vanguardias pictóricas del siglo XX buscaban reinventar el arte, confrontando movimientos artísticos anteriores, y esta filosofía de trasgresión y ruptura no se encuentra en el Art Decó. Sin embargo, este estilo fue formalmente fue muy permeable y recibió fuertes influencias de las distintas vanguardias. De ello se deriva que la interacción del Art Decó con las vanguardias artísticas en Cuba se comenzó a observar en el espacio plástico nacional a partir de 1927 representada, entre otros, por Víctor Manuel, Carlos Enrí­quez, Eduardo Abela, Arístides Fernández, Amelia Peláez, José Manuel Gattorno y Mar­celo Pogolotti. En la interacción entre el estilo Art Decó y las vanguardias se revela una mezcla variada de geometría, simplicidad y abstracción combinadas con colores vibrantes y simples. (Figura 9)

La escultura de estilo Art Decó comenzará a tener una importante presencia en Cuba a partir de esos años. Esto se observará fundamentalmente en la escultura monumental y con la incorporación a la arquitectura de la escultura decorativa. Un importante exponente de este tipo de obras con influencias Art Decó será Juan José Sicre, con estudios desarrollados entre 1920 a 1922, tanto en España como en París. Se identifican en este tipo de esculturas, características tales como rostros fruncidos, cuerpos musculosos, esbeltos, predominio de la geometría e influencias egipcias.

 

Diseño de revistas

En importantes revistas del momento, como es el caso de Social y Carteles se observa una marcada expresión de la moda y la gráfica del Art-Decó (Figura 10 y 11). En tal sentido se aprecia una migración de estilos visuales más tradicionales heredados de la etapa colonial y formas que se acercaban al art nouveau. Estas expresiones fueron motivadas tanto por los gustos propios de los diseñadores, como por el apego a las nuevas maneras vistas en EEUU y Europa.

En la revista Social se observan notables diferencias en cuanto a la vestimenta femenina presentada en la portada. Para 1916 el vestuario de la mujer se representa con vestidos y trajes más largos y anchos, pero ya para 1920 se materializa en la portada una mujer luciendo la típica moda Art Decó. A partir de ese momento se observa la imagen de la moda de ese momento, el pelo corto, vestidos de tirantes y cortos, orientalismo en sombrillas, abanicos y telas. En esta misma revista en su volumen X, no. 5 de mayo de 1925 se presenta una crónica de Ana María Borrero donde, observándose claramente imágenes de la moda bajo el estilo Art Decó, la autora pone en valor el derecho de la mujer a no ser esclava de la moda, idea coincidente con el clima de libertad y de revolución feminista de esos años. 

La esperanza, la prosperidad y referencias a la buena vida están representadas tanto en la portada de las revistas como en carteles de moda de la Cuba de entonces. Esto se observa muy notoriamente a través de la representación de elegantes figuras representadas en poses sensuales, casuales, a menudo bailando o bebiendo cócteles. En sus portadas se produce un intento de proyectar la imagen de una mujer moderna y atlética, dinámica. Una mujer que rompe con ciertas normas sociales, con pelo corto a lo “garzon”, que fuma, que se integra y participa de la vida social. En cierta manera se proyecta la imagen de una mujer mucho más liberada que en épocas anteriores. La imagen de los hombres también intenta mostrar “modernidad”. En general la representación de la figura humana es esbelta, desprende distinción y cierta seriedad.

En el escenario del diseño gráfico de entonces se observa tanto en carteles y portadas de revistas las alegorías al progreso y la industria que podrán identificarse con un ideal social, apegado a ciertas corrientes estéticas de entraña realista (gráfica de la República Española, muralismo mexicano) y con ideal de belleza vanguardista (cubista, futurista).

Hasta la actualidad

El movimiento fue perdiendo patrocinio en las metrópolis europeas y norteamericanas mucho después de haber alcanzado una introducción masiva, al punto de ser empleado para representar falsas pretensiones de lujo. Finalmente, el estilo caería en decadencia, dadas las austeridades impuestas por la Segunda Guerra Mundial.

A pesar de ello, aún en la década del 50, quedarían importantes ejemplos de su presencia en Cuba, en el caso de la arquitectura se encuentra el Gran Hotel de Santa Clara, hoy Santa Clara Libre. La obra la realizó la Empresa constructora "Japón y Menéndez"; utilizaron el estilo Art Decó también en otro edificio, el "América" de La Habana, con una sala cinematográfica adosada, imitando aún más el estilo de los edificios habaneros.

En los 50 existió además la producción de un tipo de mueble volumétrico y tapizado, combinado con estructuras de caña o bambú, que se integraba a la corriente tropicalista, que coexistió junto a líneas de diseño tradicional y ecléctico, de tendencias Art Decó o kitsch norteamericano, muy del gusto de las clases más conservadoras.

Es imprescindible destacar que todo el legado aportado por el Art Decó en Cuba ha sido revivido en el XII Congreso Mundial de Art Decó, realizado en La Habana del 14 al 21 de marzo del 2013 en la Casa de las Américas, edificio representativo, además, de dicho estilo. (Figura 12)

Este congreso se enfocó en mostrar las características del estilo Art Decó en Cuba, el valor patrimonial edificado y la necesidad de revalorarlo y preservarlo. Además, contó con conferencias de ponentes de diferentes partes del mundo para propiciar el diálogo. Se observó la asistencia de unos trescientos participantes provenientes de EEUU, Canadá, Puerto Rico, Australia, Nueva Zelandia, China; América Latina y Europa.

CONCLUSIONES

El Art Decó, para un grupo de especialistas en el tema, es difícilmente clasificable o catalogable como moderno. Desgranando las razones, comenzamos por la más evidente: porque es un estilo decorativo, rasgo que choca con ese principio fundamental de la estética moderna que afirma la autonomía de la obra de arte. Para otros, este estilo no podía ser moderno al no ser lo bastante nuevo, no romper con la tradición ni cuestionar las convenciones

Hay una tercera razón para negar la modernidad del Art Decó y que entra en terrenos más pantanosos. Esta refiere que es un estilo insuficientemente político, utópico, ajeno a proclamas sociales, dado que su objetivo no es cambiar la sociedad y no es revolucionario. En este asunto, sin embargo, debemos considerar que, en el caso de Cuba, el estilo representó tanto el gusto, la exquisitez y el lujo de las altas clases sociales, como el carácter renovador, revolucionario, contestatario y modernizador de los movimientos sociales y culturales del contexto histórico de los años 20.

Ahora bien, en nuestro escenario, aunque muchos se empeñen en señalar el carácter acrítico del Art Decó en la Isla, sin innovaciones significativas de acuerdo a nuestro contexto, hay que considerar que fue una alternativa para la libertad de creación en aras de seguir las más modernas corrientes decorativas que le ofrecían al mundo nuevas miradas, nuevos conceptos, nuevas formas, nuevos modos de hacer. Fue un estilo con múltiples influencias en una isla ya, de hecho, con diversas confluencias. El Art Decó preparó el camino para la entrada de las ideas más modernas en Cuba y, con ellas, los valores éticos, estéticos y funcionales del racionalismo y la modernidad.

 

REFERENCIAS

http:// MASDEARTECOM.com/Art-Deco,-sello-artesanal.(Consulta 20 Nmarzo. 2020).

WEISS, J. (2002), “Medio siglo de arquitectura cubana”.La Habana: Arte Cubano.

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BIBLIOGRAFIA

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[1] Imagen esta que se tomó como logotipo para el XII Congreso Mundial de Art Decó que se llevó a cabo en La Habana del 14 al 21 de marzo del 2013.