Título: El taburete cubano: evocación de las raíces guajiras.
Title: The Cuban stool: evocation of the guajiras roots.
Autora: MsC. María Eugenia Azcuy Rodríguez.
Resumen
El taburete no es oriundo de Cuba sino de España, pero con el tiempo se convirtió en el mueble por excelencia de las clases más humildes de los campos cubanos. Se trata de un asiento de estilo cuadrado muy robusto y con respaldo alto. Los principales materiales utilizados en los taburetes son la madera dura o semidura y el cuero, que puede ser de chivo o de res, clavado a la madera con tachuelas de cabeza grande. Normalmente el cuero en estos muebles no está tejido ni pintado y conserva en muchas ocasiones el pelo del animal.
El taburete es Cuba también, con independencia de que hasta los faraones se sentaran en algo que también llamaban taburete. Pero aquel del antiguo Egipto era bien distinto al nuestro, tanto como el que usaron los franceses durante el siglo XVI llamándole tabouret, un vocablo formado por analogía a partir de tambour.
Este trabajo pretende dar a conocer elementos sobre el taburete en Cuba como símbolo identitario, ya que la información que existe no resulta suficiente.
Abstract
The stool does not come from Cuba but from Spain, but over time it became the piece of furniture par excellence for the most humble classes of the Cuban fields. This is a very sturdy, high-back square-style seat. The main materials used in the stools are hard or semi-hard wood and leather, which can be goat or beef, nailed to the wood with large head tacks. Normally the leather in this furniture is not woven or painted and on many occasions it preserves the animal's hair. The stool is Cuba too, regardless of whether even the pharaohs sat on something they also called a stool. But that of ancient Egypt was very different from ours, as much as the one the French used during the 16th century calling it tabouret, a word formed by analogy from tambour. This work aims to present elements about the stool in Cuba as a symbol of identity, since the information that exists is not enough.
Palabras clave: taburete, símbolo, identidad, muebles, diseño, Cuba
Keywords: stool, symbol, identity, furnishings, design, Cuba
Introducción.
Muy escasa es la información existente sobre la ebanistería cubana a lo largo de su historia. Para su análisis únicamente se tuvo en cuenta algunas piezas conservadas, aun cuando éstas no son muy abundantes. En los últimos años la Oficina del Historiador de La Habana, máxima autoridad para la recuperación integral del centro histórico, declarado por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad, ha realizado una labor de conservación y restauración del patrimonio arquitectónico, cultural y social, revalorizando espacios y edificios para usos culturales y museísticos. Edificios como el Museo de Arte Colonial, la Casa de la Obra Pía, el Palacio de los Capitanes Generales, el Museo de la Ciudad, todos ellos en La Habana y otros museos como los de Holguín o Pinar del Río, por citar algunos, cuentan con piezas de mobiliario que ayudan a reconstruir el medio de vida de los cubanos.
Todo un arsenal simbólico se erige en el campo cubano, siendo representativo de una clase social que necesariamente devino ente activo en la conformación de la cultura del país. El taburete, el sombrero de yarey, la guayabera, la casa de guano, las peleas de gallo… fueron paulatinamente enraizándose como parte de las costumbres, al punto de convertirse en asociaciones directas a la cultura nacional. De manera que el taburete se encuentra ampliamente enraizado dentro del sustrato cultural cubano, formando parte de una ferviente y activa tradición. No es de extrañar entonces el porqué de su presencia en la obra de artistas vanguardistas, destacándose entre ellos, dentro de la vanguardia plástica cubana Eduardo Abela. (Velázquez Y. 2011). Claro que la presencia del taburete responde objetivamente al descubrimiento de elementos significativos que, sintetizados, pudieran ser generalmente identificables, como síntesis del campesino, del paisaje rural y de su más profunda tradición.
Las condiciones climáticas y el modo de vida en Cuba, unido a la abundancia de bosques maderables, de una calidad extraordinaria, propició desde un primer momento la abundancia de carpinteros especializados en la construcción de mobiliario. Estos supieron aunar la influencia española y la reinterpretación de los estilos europeos con unas características propias, con proporciones audaces y una rica ornamentación, pudiéndose hablar de un mueble propiamente cubano.
Figura 1. Presencia del taburete en “Guajiros” de Eduardo Abela (1938) (Rubio, 2014).
Etimología de la palabra taburete.
La voz castellana es una adaptación del francés tabouret cuyo sentido moderno apareció a principios del siglo XVI.
Generalmente con asiento redondo, el término se formó por analogía a partir de tambour (tambor) que en fráncico se decía tabor. Parece que el tambor debe su origen al persa tabir, a través del árabe tanbûr.
Origen del taburete
En el origen de los muebles de asiento estuvo el taburete. Los hombres primitivos se sentaban en el suelo, en rocas. El mueble fue una solución sencilla para sentarse. Detrás del origen de sillas, sillones y tronos seguramente está el hecho de la búsqueda de una mayor comodidad respecto al originario taburete. El respaldo y reposabrazos de sillas y sillones permitían una mayor comodidad. El trono marcaba la diferencia entre pueblo y gobernantes. El taburete era bajo y funcional, el trono era alto y estaba decorado. El tipo de mueble de asiento marcaba la diferencia de clases.
Existen taburetes en el Egipto antiguo y en la Grecia y Roma clásica. Se utilizaba en el interior de las casas y como asiento de trabajo. Así se mantuvieron también en la Edad Media. A lo largo de la Edad Moderna (siglos XV a XVIII), van a coexistir los taburetes bajos de trabajo y normalmente de tres patas, con taburetes más sofisticados por los materiales utilizados o la tapicería. En el siglo XIX se impregnarán de los estilos de la época de los estilos Imperio, historicista-ecléctico, a final de siglo del Art Nouveau. Thonet diseña un taburete que se hace un clásico para las barras de bares y cafeterías, de madera curvada y con reposapiés (Tiovivocreativo 2015).
El siglo XX transforma el concepto del sencillo mueble de asiento. El Movimiento Moderno los fabrica en metal (Bar Stool nº 1 de Eillen Gray de 1927), los hace apilables (Stool 60 de Alvar Aalto de 1933) o los convierte en una “máquina de sentarse” (Taburete LC9 de Charlotte Perriand, 1927). A medida que pasa el siglo sus asientos se convierten en sillines de bicicleta (Taburete Sella de Achille & Pier Giacomo Castiglione de 1957), o se hacen posmodernos, como el Dúplex de Mariscal (1981). En la actualidad se encuentran mal llamados taburetes para lugares de ocio con reposabrazos y respaldos y siguiendo las últimas tendencias, taburetes que parten de materiales reciclados (Tiovivocreativo 2015).
Un taburete es uno de los primeros muebles para sentarse. Tiene muchas similitudes con una silla. Consiste en un solo asiento, para una persona, sin respaldo ni reposabrazos, en una base de tres o cuatro patas. Un taburete se distingue generalmente de una silla por su falta de reposabrazos y un respaldo. Existen variantes con una, dos o cinco patas y algunas personas se refieren a estos taburetes como “sillas sin respaldo”. Algunos taburetes modernos tienen respaldo.
Tipos de taburetes:
· De carpintería.
Los de carpintería se componen de una tabla, ya sean torneados o piramidales, y enlazados por unas chambranas, que son tablas de canto y ensambladas a los pies, las cuales cumplen el doble objeto de afirmar la posición de los pies y asegurar su unión con el asiento.
Figura 2. Taburete de carpintería.
· De ebanistería.
Los taburetes de ebanistería se construyen por el estilo del anterior, pero con maderas finas y torneadas, especialmente en los pies y en las chambranas.
· De tapicería.
Los de tapicería son iguales a los de ebanistería, excepto en el asiento, que es un bastidor sobre el cual se arma el relleno de tapicería; a estos taburetes se les suele poner en torno del asiento un fleco o cordonero.
Figura 3. Taburete de tapicería.
Otros taburetes.
Los taburetes para delineantes se componen de dos partes distintas: el asiento, que lleva cuatro pequeños listones, parecidos a los tableros de dibujo, y los pies, que van unidos a una corona taladrada en la cual entran por los taladros los listones que nacen del asiento y que se fijan a determinada altura mediante dispositivos especiales análogos a los empleados en los tableros.
Figura 4. Taburete de fibra.
También se construyen taburetes-escalera: éstos llevan el asiento formado por dos trozos unidos mediante bisagras, teniendo cada uno de ellos unida la mitad del resto de la armadura; en uno de los pedazos hay un respaldo. Al doblar el asiento, se monta la parte que lleva el respaldo sobre la otra y el respaldo se apoya en el suelo, tomando así el taburete forma de escalera y constituyendo un mueble útil para bibliotecas, almacenes, entre otros. Existe también una modalidad de taburete con ruedas retráctiles para facilitar su desplazamiento y aro de caucho para facilitar su estabilización.
Taburete egipcio, siglos XVI-XIII ANE. XVI-XVIII
La forma de los taburetes, así como su construcción ha variado según los tiempos y civilizaciones, para repetirse en épocas más distantes y en las culturas más apartadas entre sí. De la civilización egipcia se guardan numerosos taburetes en los museos, principalmente en el Británico y en de El Cairo, unos de tres pies y otros de cuatro en forma idéntica a las pequeñas sillas modernas de tijera.
De éstos el ejemplar más antiguo que se conoce es el descubierto en la tumba de Tutankamon. Es de ebonita con taracea de marfil y monturas doradas; el asiento representa una piel de animal echada sobre los cuatro soportes que terminan en cabeza de pato. A pesar de su indiscutible y remota antigüedad, parece por su arte y forma un mueble de nuestros días.
Figura 5. Taburete de Tutankamon.
Los taburetes del siglo XV se distinguen por su solidez a la vez que por su elegancia. Donde se conservan en mayor número es en el norte de Francia y en Bélgica. Si bien es cierto que no siempre revelan la misma solidez, en cambio ofrecen líneas elegantes y trazadas con esmero. Típicos son los usados en las iglesias, particularmente en las sacristías. Ordinariamente no se pintaban ni barnizaban, pero la elegancia de líneas y el adorno de talles bastan para darles el hermoso aspecto.
Antes de llegarse a las elegantes formas de los taburetes de los siglos XVIII y XIX se hicieron numerosos tanteos, que dieron por resultado la construcción de taburetes de formas labras y pesadas. En los siglos XVII a XIX siguieron los taburetes el gusto general decorativo imperante en las sillerías, conservándose ejemplares de mucho mérito.
La tendencia moderna de lujo y comodidad en los muebles se advierte también en los taburetes, que se construyen almohadillados y tapizados en forma que haga juego con la decoración general del aposento, especialmente de las sillerías.
El taburete en Cuba.
Costumbres y tradiciones hacen de los cubanos y, por consiguiente, de sus pueblos y ciudades, lo que realmente es. El taburete cubano se parece mucho a su gente, sencilla y humilde, pero muy resistente, confortable y confiable.
El taburete es oriundo de España, pero con el tiempo se convirtió en el mueble por excelencia de las clases más humildes de los campos cubanos. En Cuba, se le llama taburete a un mueble completamente diferente. Se trata de un asiento de estilo cuadrado muy robusto y con respaldo alto. Los principales materiales utilizados en los taburetes son la madera dura o semidura y el cuero, que puede ser de chivo o de res. Normalmente el cuero en estos muebles, clavado a la madera con tachuelas de cabeza grande no está tejido ni pintado y conserva en muchas ocasiones el pelo del animal.
Figura 5. Taburetes cubanos (5Miles).
Está diseñado para darle un uso contrario al del taburete clásico, típicamente se usa inclinado hacia atrás y recostado a una pared, con el objetivo de descansar y dormir un poco. Si Juan Candela –aquel personaje para siempre de Onelio Jorge Cardoso- no se hubiera sentado sobre un cajón para hacer sus cuentos a los macheteros, de seguro hubiera usado un taburete (Cardoso, 1975).
Figura 6. Taburete típico del guajiro cubano (Rubio, 2014).
La tradición en la fabricación del taburete en Cuba se estaba desterrando con la introducción de muebles modernos, algunos diseñados en el país y otros importados. Pero la construcción del taburete nuevamente comienza a aparecer, porque nadie duda de la comodidad, estética y durabilidad de ese asiento utilizado desde el año 1600 en bohíos e incluso en suntuosas mansiones de los campos de la isla.
Figura 7. Taller de elaboración de taburetes cubanos (Perera 2001).
El taburete abunda en las casas de campo, aunque de un tiempo a esta parte ha ido ganando terreno también en las casas del pueblo y de las ciudades, sobre todo cuando se quiere lograr un ambiente campestre, como es el caso de restoranes. Es ahí cuando se tapizan y se construyen almohadillados y tapizados en forma que haga juego con la decoración general del aposento, especialmente de las sillerías.
Figura 8. Restorán de estilo campestre (Najarro, 2010).
Una muestra de taburetes ocupa un área importante en la Salas de mobiliario del Museo de Arte Colonial, en la Plaza de la Catedral en La Habana Vieja, porque constituye ejemplo en la sillería, entre los siglos XVII y XVIII, al devenir mueble típico del campesinado cubano.
Figura 9. Taburetes, Museo de Arte Colonial, La Habana (Fernández, 2013)
El taburete es Cuba también, con independencia de que hasta los faraones se sentaran en algo que también llamaban taburete. Pero aquel del antiguo Egipto era bien distinto al cubano, tanto como el que usaron los franceses durante el siglo XVI llamándole tabouret, un vocablo formado por analogía a partir de tambour. Y ahí sí parece que coincide, con la frase de “chivo que rompe tambó´…”
Para los cubanos, el clásico taburete es el que tuvo espacio en los bohíos del campo cubano, probablemente desde el siglo XVII, y en el que han tomado asiento desde anónimos y muy diversos pobladores de esta Isla, hasta figuras como José Martí (Martí, 1991): “... a cada momento alzo la pluma, o dejo el taburete…”, escribía en carta fechada el 28 de abril de 1895, desde el campamento de Vuelta Corta.
Figura 10. El taburete y el machete, símbolos de la cultura campesina (Bolerí, 2011).
El taburete ha sido recreado en la cultura cubana por pintores, ilustradores, diseñadores y escritores. Por mencionar algunos, así lo ha definido con nuestra estrofa nacional, la escritora espirituana Yudith Ruiz Angerí en su “Oda al taburete cubano con las patas de madera” (Ruiz, 2015):
El taburete es un son
donde el guajiro cubano
en su refugio de guano
desempalma la ilusión.
Es café, tabaco, ron,
tres, sombrero y guayabera,
es un niño que te espera,
es un trono sensitivo.
"El taburete es un chivo
con las patas de madera".
No cabe duda que el taburete es heredero y portador de todo un sustrato cultural que se sintetiza, en una palabra: Cuba.
Figura 11. El taburete cubano: evocación de las raíces guajiras (De codos en la Red).
Figura 12. Taburetes en el restorán Bodeguita del Medio, La Habana (Carbonell e Izquierdo, 2016)
Conclusiones.
· Muy escasa es la información que existe sobre el taburete cubano a lo largo de su historia, sin embargo, el taburete se encuentra ampliamente enraizado dentro del sustrato cultural cubano, formando parte de una ferviente y activa tradición.
· La voz castellana de taburete es una adaptación del francés tabouret cuyo sentido moderno apareció a principios del siglo XVI.
· El taburete es oriundo de España, pero con el tiempo se convirtió en el mueble por excelencia de las clases más humildes de los campos cubanos.
Citas bibliográficas.
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