“Yo digo: lo real no está en la salida ni en la llegada: se dispone para nosotros en el medio de la travesía”. Guimarães Rosa*

¿Por qué viniste?

Una vida, un lenguaje y una travesía

Escribo este breve ensayo por invitación del Dr. Juan Emilio Martínez, Editor Ejecutivo de la Revista A3manos en ISDi - Instituto Superior de Diseño, Universidad de La Habana, quien amablemente me contactó y me invitó a compartir con la comunidad cubana una perspectiva de alguien que nació, creció y vive en Brasil. Un trayecto de 42 años dedicado a descubrir, explorar, expandir y luchar por la disciplina del Diseño.

Para empezar, es importante destacar el alcance del territorio del Diseño, y cómo nació, se practica y se expande aquí, en tierras brasileñas.

Cuando buscaba mi vocación y mi profesión y elegía en qué disciplina encontrar el ámbito fértil para potencializar mis primeras inquietudes profesionales, entonces (1975) ligado al gusto por diseñar e inventar cosas, elegí la Arquitectura. La idea de Diseño aún no había llegado a Brasil.

Tuve la suerte de asistir a la mejor escuela del país, una escuela pública de la Universidad de São Paulo, FAUUSP - Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de São Paulo. Una escuela inspirada pedagógicamente en la Bauhaus, y en la idea de que un diseñador debe diseñar “del tenedor a la ciudad”.

Elegí Diseño Gráfico, a parte de esa formación amplia, donde decíamos que la diferencia entre un Urbanista, un Arquitecto y un Diseñador era de escala: uno trabajaba con el kilómetro, otro con el metro, y el último con el milímetro. Tenía vocación, descubrí, para el milímetro. Para la calibración fina.

En ese momento recién llegaba al país el Diseño Gráfico, como una idea proveniente de Europa para organizar e identificar a las empresas y sus productos a partir de una identidad visual planificada. Una cuestión de identidad visual y estética, entonces.

Después de 42 años, vi nacer y participé activamente en el proceso de evolución y sofisticación de esta disciplina, pasando de lo estético a lo estratégico sin abandonar ninguna de las etapas anteriores, y de este lenguaje tan sofisticado y estructural para la vida del hombre. en la ciudad, para el homo urbanus.

Organizar, orientar, clasificar, simplificar, ordenar, jerarquizar, diferenciar, identificar, valorar y personalizar los mensajes que todos consumimos a diario en forma gráfica (señalización vial, diseño de periódicos, packaging, marcas de empresa, alertas, interfaces y mensajes digitales en nuestra ordenadores y móviles…) es una tarea muchas veces, y curiosamente, invisible, que posibilita y ordena la complejidad de la vida en la ciudad.

Hoy, luego de vivir las distintas etapas de maduración de esta disciplina, que sigue evolucionando, como todo lenguaje, me dedico a desafiar profesionalmente el statu quo del mercado y el modelo basado en el consumo, que marcó las elecciones y paradigmas que nos trajeron a la crisis generalizada de valores y al callejón sin salida, planetario, que vivimos.

El modelo capitalista y el libre mercado muestran sus contradicciones intrínsecas -producción y consumo infinitos y recursos finitos- y necesitan ser repensados, en un proceso de evolución y transición, para preservar valores y abandonar excesos y errores, a fin de dar un nuevo diseño a nuestras relaciones, interpersonales y con el ecosistema al que pertenecemos, con más respeto, ética y estética. Diseñar una sociedad buena, bella y justa.

En la práctica, llevando esta reflexión a la cotidianidad, interactuamos hoy con las empresas y corporaciones, los grandes agentes sociales, buscando promover una pausa reflexiva en las demandas, que siempre nos llegan en forma de “necesitamos crecer y multiplicarnos”.

Buscamos iniciar cualquier proyecto leyendo críticamente el contexto, los valores, la visión del mundo y los principios y la cultura corporativa, que son temas generalmente invisibles para la mayoría de los gerentes, preocupados por las metas, el desempeño y, el pragmatismo que se les impone la naturaleza del modelo y del negocio. Y buscamos entender y hacer entender que, en un mundo cada vez más complejo y dinámico, la idea de control y planificación que guiaba a las empresas en sus planes estratégicos necesita ser revisada, actualizada y, eventualmente, sustituida por un nuevo modelo y visión: la inteligencia y sensibilidad para enfrentar escenarios dinámicos anclados en una cultura fuerte, una dirección clara y un diseño de procesos co-laborativos (trabajar juntos).

Esta propuesta, y esta visión, que venimos construyendo a lo largo de muchos años, interactuando y observando los dolores y necesidades de los directivos de las empresas, dio origen a lo que llamamos Diseño de Transición, el diseño de procesos y de una Cultura de co-laboración. Un nuevo lugar y una nueva capa de complejidad para el Diseño, que evolucionó de una cuestión estética a una plataforma estratégica, sin abandonar sino potenciando la dimensión de lenguaje y de comunicación intrínseca a la disciplina. Y, principalmente, la dimensión crítica y humanista, que da sentido y valor a todo lo que hace el hombre para el hombre, buscando siempre la integración de nuestras dimensiones de Homo Sapiens, Homo Faber y Homo Ludens (ver "Homo Ludens", Johan Huizinga).

Pasé muchos años teniendo que lidiar con la pregunta recurrente, porque importante, "¿cuál es el valor del diseño?".

Hoy me doy cuenta de que el valor del diseño está en el diseño del valor. En nuestra responsabilidad de ayudar a la sociedad en su conjunto, y a las corporaciones en particular, a revisar su regla de valores y buscar un mejor diseño, respondiendo a la gran pregunta que cada uno de nosotros y nuestras empresas también debemos responder: “¿Por qué viniste? "

¡Deja tu marca!

"Quien eligió la búsqueda, no puede negarse la travesía..." Alfredo Bosi*

 

*PD: Alfredo Bosi es uno de los más grandes escritores brasileños, y vale la pena conocerlo.

 

Ronald Kapaz, Playground Lab Design, April 2022.